Desde Rionegro, Antioquia, Luis Ángel Jiménez escribe lo siguiente:
"Estimados hermanos de Aposento Alto:
Por favor, espero que continúen orando por la obra
en el Oriente antioqueño. Esta región tiene poblaciones como San Vicente,
Guarne, El Carmen, La Ceja, Marinilla, Santuario, La Unión y otras más que son
más distantes. También por zonas de orden público como San Rafael, San Carlos y
otras más. Todas absolutamente necesitadas de una voz que transmita el
evangelio.
Yo sé que algunos de ustedes sueñan y suspiran con la obra misionera en lejanos pueblos y zonas no alcanzadas; pero, por favor, les ruego que se concienticen de que Colombia es un país para las misiones. Los lejanos pueblos y los no alcanzados están casi al alcance de nuestras manos. Yo he sentido mi país desde los tiempos que era un estudiante de la Nacional. Hoy, gracias al evangelio, observo este, nuestro país, a la luz del evangelio del Señor Jesucristo. No somos más que cuarenta millones de incrédulos rumbo al juicio Divino.
Dijo el
salmista: "A todo lo perfecto le veo límite, pero tu mandamiento es
sobremanera amplio", y más adelante dice también: "Mi refugio y mi
escudo eres tú; en tu palabra he puesto mi esperanza". Por favor
entiendan que el refugio perfecto y escudo que necesitan los no alcanzados de
Colombia es el Señor. En Su palabra hay la esperanza para ellos, para ustedes y
para todos nosotros. El mandamiento del Señor es grande, tanto que vivifica,
transforma, consuela y permite la esperanza. La gloria inmarcesible, que se
canta en nuestro himno patrio, solo es posible conocerla a través del
evangelio. Anímense a ser voceros de la "gloria
inmarcesible" en tantas zonas olvidadas de Colombia.
"Mi
refugio y mi escudo eres tú; en tu palabra he puesto mi esperanza. Susténtame conforme a tu palabra,
y viviré; no me avergüences con respecto a mi esperanza. Mi cuerpo se estremece
por temor de ti, y tengo reverencia por tus juicios. Yo soy tu siervo; dame
entendimiento, para que conozca tus testimonios."
Últimos comentarios