"11 de abril de 2010
El primer servicio como iglesia se llevó acabo hace cuatro domingos, pero tal parece que el primero era el fácil, pues vinieron veinte personas comprometidas ya con Dios, por ahí un tercio de mis conocidos estaban orando por esto (por cierto, gracias). Incluso, vino mi papa a predicar –como comer bizcocho-.
Lo que se me pasó anunciar y pedir en oración fue que pidieran a Dios por los siguientes domingos. Es decir, por el domingo después del primero, por el que le sigue a ese y por el que se llevó acabo hoy. Incluso, debí pedir que oraran por todos los domingos que vamos a llevar acabo la reunión. Pues me acuerdo que después que estos veinte comprometidos cristianos vinieron de Bogotá, se me dificultó mucho mantenerme despierto, ser organizado y comer adecuadamente. Se me dificultó mucho mantenerme fresco con la palabra de Dios y comprometido con Su obra que inicie acá. Estaba abrumado de darme cuanta de lo que implica iniciar una asamblea, y aún lo sigo estando algo, pues sigo luchando con hacer bien las cosas que mencioné. Pero, a eso, a iniciar una asamblea de creyentes en San José del Guaviare, fue a lo que vine. Entonces, lo hago bien o no lo hago, ¿cierto? … Algo así suele decirme un amigo.
Quiero hacerlo bien. Por tanto, apunto a consolidar una asamblea de creyentes en San José del Guaviare, y mientras los días pasan me doy cuenta de que esto debe ser algo duradero y no pasajero.
Depender de otros para que las cosas se hagan, manejar el dinero que se recoge, tener mas gastos, prestar atención a todo lo pequeño sin perder de vista lograr algo grande, ser sensible a las necesidades de otros, escuchar sugerencias, tratar de ser siempre relevante en las vidas de los guaviarenses, ser bíblico, honesto, transparente, vestirme un poco mejor de lo que suelo, ser mas profesional y hacer las cosas midiendo consecuencias, son algunas de las muchas cosas que debo no olvidar mientras me desempeño para Dios. Es una vida nueva lo que muchos aquí quieren empezar, y quiero participar. Eso es, no es mejorar sus condiciones de vida. En vez de ello, es guiarlos hacia Cristo y que ellos a través de Él obtengan vidas nuevas. Quiero continuar protegiendo y cultivando con la palabra de Dios y en amor esta nueva vida que algunos ya empiezan a vivir.
Yo no puedo hacer nada de lo que mencioné sin la ayuda de Dios. Necesito que Él también esté obrando poderosamente en mi vida. Así seré, de alguna manera, de servicio para Dios en Su perfecta obra.
De alguna manera, ya sabía como debo ser, pero es difícil en la práctica.
Jesús entendió bien todo esto sobre un ministerio. Filipenses 2:8 dice: “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.
“Velad y orad,” le dijo Jesús a Pedro, Santiago y Juan, “para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad esta dispuesto, pero la carne es débil.” (Marcos 14:38).
Sé que no soy el único que afronta un gran reto al momento, incluso muchos de ustedes puede estar afrontando algo mayor. Pero, mientras todo sucede, continuemos velando y orando. No sé cómo agradecerles por sacar tiempo para orar por mis necesidades y no solo por las que afligen sus vidas, pues no siempre me siento merecedor de las extra oraciones. Pero si lo que hago aquí es verdaderamente para la gloria de Dios, entonces, con ese sentir, sí vale la pena orar.
Gracias, y que así sea - que todo lo que hagamos sea para la Gloria de Dios-.
Sam Killins".
Orar por:
- La familia Morales (Elkin, Marcela y la hija de ellos, Kimberly). Son una pareja joven, no se han casado. Hay mucho potencial y son de mucha ayuda. Que sean disciplinando bien a su hija, pues esto es causa de conflicto entre ellos.
- Por la puerta que se abrió con la comunidad de El Refugio cuando vinieron los de Bogotá.
- Por más hombres en la iglesia, pues son mayoria mujeres.
- Por las reuniones de sábado y domingo.
Agradecemos a Dios:
- Por Gustavo, Rosiris, América, Johan y Lida (misioneros entres comunidades indígenas aquí en San José) y el apoyo que ellos son en la iglesia y fuera de ella.
- Por el buen impacto que dejaron entre muchos la visita de hermanos de Bogotá.
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